Damon Lindelof guionista de Lost, Star Trek y Prometheus, un día fue invitado por el propio Brad Pitt a la producción de World War Z, puesto que tenín un problema donde el tercer acto parecía ser muy incoherente, a lo que Lindelof ofreció esta solución:
Les dije, tenemos dos caminos. Re-escribimos ese material para que lo mismo se vea mejor, y tenga sentido, lógica de la trama y todo eso. O el segundo camino, que creo que es la ruta difícil y larga, donde todo cambia una vez que el personaje de Brad sale de Israel.
Esto último implicaba refilmar alrededor de 40 minutos de la película, junto con un nuevo final, y quedaba en la basura una gran batalla filmada en Rusia.