El detalle de la mandíbula de la bruja. Foto: DailyMailonline
Un grupo de arqueólogos descubrió en Piombino cerca de Lucca, en la céntrica región italiana de Toscana, el esqueleto de una supuesta bruja de hace 800 años que había sido enterrado con 7 clavos en su mandíbula.
Los restos de la mujer se encontraban sin sudario, ni urna. Más clavos se hallaron a su alrededor, muy probablemente porque fueron incrustados en su ropa. La mujer pudo haber sido enterrada a la edad de 25 a 30 años.
Los investigadores señalan que la presencia de los remaches tendría que ver con la creencia de que impedirían que la mujer pudiera resucitar. Todo sucedió en el año 1200 en un promontorio frente al mar del Golfo de Baratti.
“Un descubrimiento atípico. No había visto nada igual”, cuenta uno de los responsables de la excavación, Alfonso Forgione, profesor de la Universidad de L’Aquila, quien lanza la hipótesis que se pudo tratar de un rito de exorcismo.
Para Forgione, se podría tratar de una mujer con problemas físicos o mentales a quien en plena Edad Media se calificó de ser un individuo maléfico o de una bruja.
“Creemos que se trató de un exorcismo arcaico y se le colocaron los clavos para que no volviese a pronunciar maldiciones o sortilegios, pero estamos abiertos a cualquier teoría”, añade Forgione.
17 dados
Los restos de otra mujer fueron encontrados cerca del lugar, rodeados de 17 dados. El número 17 es de mala suerte en Italia y en la Edad Media, se les prohibía a las mujeres jugar a los dados.
Los arqueólogos consideran que los entierros de ambas mujeres podrían haber estado conectados con algún tipo de ritual y exorcismo.
Sin embargo, dado que el lugar del hallazgo es una iglesia abandonada, persiste la interrogante sobre el motivo por el cual las supuestas brujas fueron enterradas allí.
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Via ABC.es