Dura como una hora.
Obsolescencia Programada es un excelente Documental, y una denuncia directa a una realidad, muchos productos de tecnología (como las impresoras, celulares y baterías de laptops) estan diseñados con un tiempo de vida muy corto, para que luego te salga más factible pagar por uno nuevo que por un caro servicio de reparación y cambio de partes. Es por esto que hasta algunas MacBook (y los iPhones) de Apple ya no traen baterías extraíbles, directamente están soldadas al aparato, cosa que si en un futuro te fallan no te quede de otra que comprar todo el aparato nuevamente (pero no sabemos si las baterías soldadas son realmente durables o estan planificadas con la Obsolescencia Programada).
Vean el final del Documental, donde se sorprenderán de que la impresora Epson utilizada de ejemplo al inicio, no tenía ningún chip dañado, simplemente era una función interna que al llegar a la Impresión Número Tantos (digamos 20 mil páginas) el software bloqueaba la impresión, por más que el aparato se encontraba en perfectas condiciones. 
Esto mismo lo viví en Holanda, donde la ropa de tiendas de moda, en 4 meses se gastaban increíblemente y quedaban como trapos inservibles.
Se denomina obsolescencia programada (Wikipedia) u obsolescencia planificada a la determinación, planificación o programación del fin de la vida útil de un producto o servicio de modo que este se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible tras un período de tiempo calculado de antemano, por el fabricante o empresa de servicios, durante la fase de diseño de dicho producto o servicio.
El objetivo de la obsolescencia programada es el lucro económico inmediato, por lo que el cuidado y respeto del aire, agua, medio ambiente y por ende el ser humano, pasa a un segundo plano de prioridades. Cada producto que se vuelve obsoleto, supone contaminación. Es un evidente problema del actual sistema de producción y económico: no se ajusta en absoluto a la armonía y equilibrio de la naturaleza en la que vivimos.
La obsolescencia programada tiene un potencial considerable y cuantificable para beneficiar al fabricante dado que el producto va a fallar en algún momento, obligando al consumidor a que adquiera otro producto nuevamente,1 ya sea del mismo productor (mediante la adquisición de una parte para reemplazar y arreglar el viejo producto o mediante la compra de un modelo del mismo más nuevo), o de un competidor, factor decisivo que también se prevé en el proceso de obsolescencia programada.
El sistema monetario hace que se programe la inutilidad de los artículos para garantizar una rotación constante de mercancías, esto, porque para los propagandistas de la economía monetaria (Economistas tradicionalistas) se necesita de un crecimiento perpetuo.