El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha anulado antes de la medianoche de este viernes, justo antes de la celebración del año nuevo 2011 (a las 22:30 hora local), el decreto que subía el precio de los principales combustibles (gasolina y Diesel) hasta en 82% tras la ola de protestas que ha vivido el país andino estos días y ante las amenazas de más movilizaciones desde el lunes. La medida había provocado ya la subida en cadena de los precios de los alimentos, golpeando las frágiles economías familiares, así como también había duplicado la tarifa de los transportes.
Morales ha informado de su decisión tras una prolongada reunión del Consejo de Ministros, líderes sindicales y de organizaciones sociales que le son afines.
Todo vuelve a la situación anterior
Evo Morales junto al vicepresidente Álvaro García Linera dijo en una conferencia desde la Casa de Gobierno:
Prometí gobernar obedeciendo al pueblo. En estos días escuché y entendí las recomendaciones de los trabajadores y en esta política de mandar obedeciendo al pueblo hemos decidido abrogar el decreto 748 y las otras medidas que le acompañan. Esto quiere decir que todas las medidas quedan sin efecto. No existe ninguna justificación ahora para subir los pasajes (de transporte), ni aumentar el precio de los alimentos, ni la especulación. Todo vuelve a la situación anterior.
Hubieron muchas protestas desde que se aprobó el decreto 748:
- El lunes los conductores profesionales sindicalizados comenzaron una huelga. Las juntas vecinales y grupos ciudadanos protagonizaron violentas expresiones de rechazo y marchas.
- Las movilizaciones más violentas tuvieron lugar el jueves, en especial en la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, que hasta entonces había sido una aliada incondicional del mandatario aymara.
- Ante una huelga de panaderos, Evo Morales mandó a que los militares fabriquen y vendan pan en las principales ciudades.
- Para el lunes 3 de Enero 2011 estaban previstas nuevas protestas, entre ellas una marcha de miles de mineros desde el altiplano a La Paz, además de un paro en las empresas del sector y un bloqueo campesino de rutas, si es que Morales no derogaba el decreto.
Se sabe que la medida más temida siempre ha sido la presencia de los mineros, pues estas no suelen ser pacíficas, más todo lo contrario ellos son los que protestan con el uso de una de sus herramientas de trabajo, la dinamita.