El ansiado rescate de los 33 mineros atrapados desde hace más de dos meses en Chile comenzaría la medianoche de este martes 12 de Octubre 2010, luego del éxito en las primeras pruebas con las cápsulas en las que serán subidos a la superficie
Durante la madrugada del lunes fue completada la instalación de unos enormes tubos que recubren alrededor de 90 metros de los 622 metros de profundidad del ducto por el cual serán ascendidos y cuya perforación tomó 33 días, vaya coincidencia de cifras, otro punto más para su numerología.
Una de las cápsulas se llama Fénix 1, esta fue bajada aproximadamente a 610 metros de profundidad. El vehículo se adaptó bien tanto a las zonas que fueron reforzadas con tubos como a las que se dejaron sin esta medida de seguridad, que busca evitar una desgracia en la última etapa de la operación que permitirá a los mineros volver a ver la luz tras casi 70 días sobreviviendo entre rocas y tierra.
Ese rescate probablemente va a ser el día miércoles. Pero lo importante no es si es el martes, el miércoles o el jueves, lo importante es rescatarlos con vida y habiendo tomado todas las medidas para resguardar su seguridad
– dijo el Presidente Sebastián Piñera en Quito.
El mandatario de Bolivia, Evo Morales, también espera asistir a la culminación de las tareas para sacar a los operarios, entre ellos uno boliviano.
Los tubos del rescate
A medida que se acerca el día del rescate, que según autoridades podría durar dos días, crece la ansiedad y el cansancio entre las familias y la expectativa de cientos de periodistas locales e internacionales que cubren esta cautivante historia de supervivencia.
El rescate implica que las personas atrapadas se introducirán en una estructura tubular de hierro de casi cuatro metros de largo y ruedas en su exterior, para luego ser izadas hacia la superficie.
Tras realizar las pruebas con la cápsula vacía, el equipo de rescate enviará al fondo de la mina a un par de socorristas, que permanecerán allí abajo coordinando las tareas. Primero saldrán los mineros que estén más débiles de salud.
Los mineros, mientras tanto, mantienen los últimos diálogos con sus familias antes del rescate, hacen ejercicios, siguen una dieta estricta y muestran cierto nerviosismo sobre el plan.
Ninguno quiere ser el primero y todos quieren ser el último en salir
Según medios locales, los familiares de al menos dos mineros dijeron que ninguno de los 33 mineros quiere salir en primer lugar. No quieren ser el conejillo de indias.
En el otro extremo, existe una pugna entre algunos miembros del grupo de trabajadores más fuertes para ser el último en salir, según ha comentado el ministro de Salud, Jaime Mañalich, quien indicó que cuatro socorristas, expertos mineros y en asistencia médica bajarán para asistir a los operarios. El último en dejar el lugar tendría paradójicamente “el honor” de ser la persona que más tiempo sobrevivió bajo tierra tras un accidente minero. Pero para los familiares, lo más importante es el reencuentro.
Riesgos del ducto y las cápsulas
El ascenso de los mineros a través de un ducto de 622 metros de largo y 66 cm de diámetro tiene sus riesgos por la posibilidad de desprendimiento de rocas pero también por la carga psicológica que implica esta operación, según señalan expertos.
A medida que se acerca la hora del rescate, estimada en la medianoche del martes (03H00 GMT del miércoles), aumenta el nerviosismo sobre el operativo final, que incluye el ascenso a través del ducto en una cápsula de 4 metros de alto y 450 kilos de peso para subir el equivalente a un edificio de 250 pisos.
Hay riesgos implícitos al transportar personas en un sistema vertical, el principal riesgo tiene que ver con la caída de rocas y que alguna de las cápsulas se atasque. Pero tienen mecanismos para desatorarlas.
Por su parte el ministro de Salud, Jaime Mañalich, considera que el mayor peligro es que los atrapados sufran un ataque de pánico durante el ascenso. Esto se puede producir porque subirán en un vehículo que se desplaza por roca viva y cuyo flujo no es simétrico, además soportando vapor de agua con una temperatura de 30 grados.
Los mineros serán izados a la superficie provistos de oxígeno, equipo de comunicación y arneses de alta tecnología que miden los signos vitales de cada uno de ellos. También tendrán ropa de material especial, guantes, agua y gafas oscuras para que no sufran daños oculares tras tanto tiempo en la oscuridad.
Todo para prevenir cualquier problema en los más o menos 15 minutos que dura el ascenso.
Los 33 mineros serán izados, uno por uno. El rescate está más cerca que nunca