El alemán Paul Biedermann ha ganado a Michael Phelps en los 200 metros de estilo libre y bate el récord mundial gracias a su traje de baño totalmente impermeable, pero lamenta que en su deporte prime ahora la tecnología de la tela y no la habilidad del nadador.
Estoy un poco triste. La natación ha dejado de ser un deporte de nadadores para ser un deporte en el que se valora más la tecnología.
– Paul Bidermann
Michael Phelps era el mejor nadador en estilo libre y el australiano Ian Thorpe era el segundo. El 28 de Julio 2009, en Roma, Paul Biedermann les ganó.
El año pasado, Bidermann usando el mismo traje de baño que Phelps, nadó los 200 metros libres en 1m 46s, en los Juegos Olímpicos del 2008. el 28 de Julio, con un traje impermeable de la marca Arena, venció a Phelps y batió el récord del mundo con un tiempo de 1m 42s. Pero, tras dar saltos de alegría, se dio cuenta de que, mientras Phelps tenía casi todo el cuerpo mojado, él lo tenía seco porque estaba plastificado de los tobillos al cuello. Comprendió que la gente, además de por sus méritos biológicos, le preguntaría por su fantástico plástico. Entonces se le nubló la mirada.
En 2008 se convocó una reunión entre los principales fabricantes de trajes de natación. El cónclave fue tenso. Los abogados de las marcas acusaron a Speedo de introducir en el mercado uno, el LZ Racer, que vulneraba las normas de la federación (FINA) porque ayudaba a flotar gracias a que la mitad de su superficie estaba recubierta de placas impermeables.
Luego pareció Jaked, que era un fabricante de calzoncillos, y en vez de cubrir el tejido del bañador con placas de poliuretano al 50% lo cubrió al 100%. Cada pieza está íntegramente compuesta por dos láminas. Esa impermeabilidad total es la que está produciendo estos récords.
Fabbrica y su Jaked han revolucionado una industria. Han creado tendencia. El Arena de Paul Biedermann responde a la misma idea, y también se fabrica en el norte de Italia.
Los trajes de baño de Jaked, como los de Arena, o como los de Speedo, se venden a 400 euros cada uno y tardan más en ponerse (40 minutos) que en usarse (tres o cuatro carreras).
El año pasado, cuando Speedo lanzó el LZ, durante los Juegos Olímpicos se batieron 47 récords. Y nadie dijo nada. Todo iba bien. Todo, tranquilo. Yo digo que vivimos en un mundo libre, empresarial, y el mercado va adelante.
Los industriales, más allá de sus querellas, están satisfechos. Pero los nadadores observan todo con repugnancia. El récord de 200 y el de 400 sólo han sido posible por los nuevos trajes de natación.
Seguro que nadie se quejará una vez que todos los concursantes usen el mismo traje de baño, como si fueran candidatas a Miss Universo