Soldados del Ejército de Honduras impide el aterrizaje del avión de Zelaya en Tegucigalpa. El presidente depuesto viaja hacia El Salvador para reunirse con los presidentes de Argentina, Paraguay y Ecuador.
En el Aeropuerto Internacional de Tegucigalpa, los seguidores del presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, esperaban anoche su anunciado regreso. Los soldados y policías antidisturbios desplegados en las instalaciones aeroportuarias han cargado contra los manifestantes y han lanzado gases lacrimógenos para dispersarlos, causando al menos la muerte de un niño y varios heridos de gravedad.
La reacción del nuevo presidente, Roberto Micheletti, fue decretar un toque de queda de aplicación inmediata. Además, varios camiones militares tomaron la pista central del aeropuerto de Toncontín para impedir la posible llegada del avión venezolano en el que viaja Zelaya, que sobrevoló la pista del aeropuerto en medio de una gran tensión y nerviosismo entre la multitud desplegada en las cercanías, pero renunció a tomar tierra por la presencia de los vehículos militares y por la amenaza de ser interceptado por la fuerza aérea.
Ante este panorama, Zelaya cambió su rumbo a Managua, la capital de Nicaragua, país aliado del presidente derrocado, desde donde ha partido inmediatamente hacia El Salvador. Allí le esperan la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, el paraguayo Fernando Lugo, el ecuatoriano Rafael Correa y el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.
En la imagen se puede observar unos vehículos militares en la pista del aeropuerto de Tegucigalpa donde tenía la intención de aterrizar el avión que lleva a bordo a Zelaya. También se ven soldados apostados en las pistas.
Zelaya, en otras declaraciones realizadas media hora antes, reclamó al jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Romeo Vásquez, que “retenga a las tropas” que supuestamente están reprimiendo a los manifestantes.
Zelaya afirmó que iba sin armas y pacíficamente a dialogar y que había pedido al general Vásquez que retenga la masacre al ser informado por la cadena de disparos y posiblemente muertos en Tegucigalpa.
El Gobierno constituido en Honduras tras el golpe de Estado que apartó del poder y condenó al exilio a Zelaya le había advertido de que si cumplía su amenaza de regresar al país sería detenido y juzgado nada más pisar suelo hondureño. Su jaque a las autoridades hondureñas perdió fuerza este domingo, porque ningún jefe de Estado acompañó al presidente depuesto en su tentativa de volver a Honduras, en contra de lo que anunció el sábado el propio Zelaya. Sólo le acompañó el presidente de la Asamblea General de la ONU, el ex canciller nicaragüense Miguel DEscoto.
El Gobierno interino de Honduras reiteró a lo largo del domingo que prohibiría el aterrizaje de cualquier avión que le transporte. ”
He ordenado que no se le permita regresar, pase lo que pase. No podemos permitir esta temeridad, que muera un presidente de la República, que resulte herido un presidente de la República, que muera cualquier persona.
– Ministro de Exteriores del Gobierno provisional, Enrique Ortez.
Sanción de la OEA
Por otra parte, la OEA dio definitivamente la espalda a Honduras al aprobar en Washington su expulsión del selecto club de países americanos. Con efecto inmediato, deja de formar parte del organismo por su negativa a restablecer el orden constitucional roto el pasado domingo con el golpe de Estado que supuso la salida del poder de Manuel Zelaya.
Se trata de la primera vez desde la firma de la Carta Democrática Interamericana en 2001 que los países integrantes de la Organización de Estados Americanos (OEA) deciden suspender a un Estado Miembro, aunque existe un precedente anterior con la exclusión de Cuba en 1962 por adherirse al comunismo.
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Via el Pais