En este corto capítulo de la serie: Que vida más triste, vemos como el protagonista, Borja Pérez, consigue al fin una novia, pero por Internet y mediante la webcam.
Menudo el lío que se le hace cuando quiere dar el siguiente paso en su ciber-relación y se queda sin conexión de Internet, el vecino al final salió engañado.
En la segunda parte recibe una gran herencia de su maestro del colegio.